jueves, 26 de agosto de 2010

TOMA DE DESICIONES

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA
PROGRAMA DE ENFERMERIA
ASIGNATURA: DESARROLLO HUMANO III
II PERIODO 2010

GUIA No. 2

UNIDAD No. 3: TOMA DE DECISIONES
FECHA DE INICIO: ______________FECHA DE TERMINACIÓN: _________________
TIEMPO PROBABLE: _______________ TIEMPO REAL: _______________________
ALUMNO: _____________________________________________________________
DOCENTE: Esp. MARGARITA PACHECO PEREZ

I. TEMA:


TOMA DE DESICIONES




II. LOGROS: El alumno
 Sustenta como los aspectos estudiados inciden en su propio desarrollo.
 Propone acciones que dinamizan tomar decisiones maduras y prudentes.
 Manifiesta interés por perfeccionar valores que fortalezcan la toma de decisiones.


III. ACTIVIDAD DE REFLEXION:



Jenny pensó que sus padres no le darían permiso para irse de fiesta con esos amigos, TOMO LA DECISIÓN de salir, de manera que les mintió y les dijo a sus padres que se iba a quedar a dormir con una compañera. Aunque se sintió un poco mal porque no les dijo la verdad, tampoco pensó mucho el asunto y se dispuso a divertirse. La pizza estuvo bien y la fiesta genial; al final su amigo Pedro, que ya estaba medio borracho, la invitó a dar un paso, pero primero quiso darse una fumadita…

Jenny no podía creer que él estuviera fumando eso, pero aún así subió al carro con él. De repente Pedro empezó a sobrepasarse. Eso no era lo que Jenny quería del todo. “Y en seguida pensó: “Tal vez mis padres tienen razón, quizás soy muy joven para salir así. ¡Cómo pude ser tan tonta?”. Y en seguida dijo: “Por favor, Pedro, llévame a casa, no me quiero quedar”. Molesto, Pedro arrancó el carro y comenzó a conducir a toda velocidad. Jenny, asustada, le rogó que fuera más despacio pero mientras ella le suplicaba, más pisaba él el acelerador. De repente, vio un gran resplandor. “¡Oh Dios, por favor ayúdanos! ¡Vamos a chocar! Ella recibió toda la fuerza del impacto, todo se puso negro, y escuchó voces: “¡Llamen a una ambulancia! Estos jóvenes están en problemas”.

Le pareció oír que había dos carros involucrados en el choque. Despertó en el hospital viendo caras tristes. “Estuviste en un choque terrible”, dijo alguien. En medio de la confusión se enteró de que Pedro había muerto.

Le dijeron: “Jenny, hacemos todo lo que podemos, pero parece ser que te perderemos a ti también”. “¡Y la gente del otro carro?”, peguntó Jenny llorando. “También murieron”; le contestaron. Jenny rezó: “Dios perdóname por lo que he hecho; yo sólo quería una noche de diversión”.

Y dirigiéndose a una de las enfermeras pidió: “Dígale a la familia de los iban en el otro carro que me personen, que yo quisiera regresarles a sus seres queridos. Dígale a mi papá y a mi mamá que lo siento porque mentó, y que me siento culpable porque varios hayan muerto. Por favor, enfermera, ¿les podrá decir esto de mi parte?”. La enfermera se quedó callada, como una estatua. Instantes después, Jenny murió. Un hombre le habló duramente a la enfermera: “¿Por qué no hizo lo posible para cumplir la última voluntad de esa niña?”. La enfermera miró al hombre con ojos llenos de tristeza, y le dijo: Porque la gente que iba en el otro carro eran su papá y su mamá”.

Piensa dos veces antes de tomar decisiones. Detente y piensa bien antes de hacer las cosas.


IV. IDEAS BASICAS
A. INTRODUCCIÓN
La toma de decisiones es el proceso mediante el cual se realiza una elección entre las alternativas o formas para resolver diferentes situaciones de la vida, estas se pueden presentar en diferentes contextos: a nivel laboral, familiar, sentimental, es decir, en todo momento se toman decisiones, la diferencia entre cada una de estas es el proceso o la forma en la cual se llega a ellas. La toma de decisiones consiste, básicamente, en elegir una alternativa entre las disponibles, a los efectos de resolver un problema actual o potencial.
Para tomar una decisión no importa su naturaleza es necesario conocer, comprender, analizar un problema, para así poder darle solución, en algunos casos por ser tan simples y cotidianos, pero existen otros casos en los cuales las consecuencias de una mala o buena elección puede tener repercusiones en la vida y si es en un contexto laboral.
Las elecciones forman el tejido de la vida humana. Desde la aurora hasta el ocaso, nuestra vida discurre en una cadena ininterrumpida de decisiones, una tras otra. Cuando te levantas por la mañana y te pones unos calcetines grises, en lugar de tus calcetas blancas de deporte, estás tomando una decisión. Cuando te vas a la cama por la noche, puedes elegir entre leer unos minutos, o ver la televisión o, después de rezar un poco, partir directamente hacia el «otro mundo». A lo largo del día tomamos continuamente decisiones sobre qué hacer, cómo hacerlo y por cuánto tiempo.
Nuestras decisiones reflejan nuestros valores; así también, nuestros valores son como el telón de fondo de nuestras decisiones. Esto quiere decir que nuestros valores constituyen una fuerza orientadora que está detrás de nuestras decisiones. Si aprecias el valor del orden, lo reflejarás con tu decisión de doblar bien la ropa, ordenar las cosas del escritorio antes de empezar a trabajar, etc. Las elecciones y los valores son compañeros inseparables. Nuestras decisiones son la manifestación concreta de nuestros valores.
B. COMPONENTES DE LAS DECISIONES
No todas las decisiones producen el mismo impacto en nuestra vida. Algunas, como el matrimonio, marcan un comienzo, un cambio importante en nuestro estilo de vida. Otras, como elegir la corbata por la mañana, repercuten poco en nuestra vida. Sin embargo, todas las elecciones, grandes y pequeñas, constan de algunos elementos que podemos resumir en cinco puntos: 1) libertad de elección, 2) múltiples posibilidades, 3) deliberación, 4) renuncia, y 5) acto de elegir. Cada ingrediente es necesario y, cuando falta alguno, no hay elección.
1. Libertad de elección
La elección se basa en una premisa básica: la libertad. Sencillamente, donde no hay libertad no puede haber elección. Tú y yo somos libres de actuar como queramos.
La libertad de elección depende de la conciencia, de la reflexión y de la fuerza de voluntad. Una elección no es una respuesta ciega a un estímulo, parecida al instinto de un animal. Es, más bien, la capacidad de tomar una decisión después de haber reflexionado sobre distintas posibilidades.
Incluso la pasividad es una forma de elección: la abstención del ejercicio de nuestra libertad. Equivale a consentir que otras personas o que los acontecimientos decidan por nosotros. La pasividad equivale a abordar un tren cualquiera sin importarnos su destino. La pasividad, en definitiva, es abdicar voluntariamente el derecho y el deber de protagonizar nuestro propio destino.
Así pues, nos vemos obligados a elegir. La vida se entreteje a base de decisiones constantes, una detrás de otra, y debido a nuestra naturaleza de seres libres no podemos esquivar el tener que elegir.
2. Múltiples posibilidades
Un día, a las dos o tres de la tarde, el estómago te avisa que ya es hora de comer. Vas al refrigerador, pero lo encuentras vacío. Abres la despensa y encuentras tan sólo una lata de sopa de cebolla, que no hay más que calentar... En este caso sólo existe una opción: la sopa de cebolla (claro que morir de hambre también podría ser una opción, pero no la vamos a considerar). Sólo podemos elegir cuando se presenta, al menos, una alternativa.
Ahora bien, para que se dé una elección no basta con que haya por lo menos otra opción, sino que debes darte cuenta de que existe esa alternativa. En el ejemplo anterior, de nada te serviría descubrir a la mañana siguiente una alacena repleta justamente al lado de la despensa donde encontraste la lata de sopa. Estaba allí, pero no lo sabías; así es que, por lo que ve a tu elección, es como si nunca hubiera existido.

3. Deliberación
El aspecto intelectual de una elección se llama deliberación. Consiste en ponderar atentamente las posibilidades según sus aspectos positivos y negativos. «Este coche tiene una línea más elegante y viene con aire acondicionado. Este otro, en cambio, es más barato y gasta menos gasolina...». Deben observarse muchos factores antes de adoptar una decisión.
No todas las elecciones requieren el mismo esfuerzo de deliberación. A menudo aplicamos ese piloto automático, tan especial y conveniente, que se llama «hábito». Hay varios tipos de nudos que podrían servir para atarse los zapatos, pero es raro que nos apartemos del tradicional nudo de florecitas que aprendimos cuando niños. Lo hacemos en un instante, sin pensarlo. ¡Imagínate si tuvieras que estar ponderando cada movimiento de los dedos cuanto te atas los zapatos!
Somos seres rutinarios, y quizá esto nos libre de volvernos locos. Si tuviésemos que pensar en todos los pequeñas pasos que realizamos cuando conducimos, hablamos, caminamos, comemos y nos vestimos, nos quedaríamos mentalmente secos a media mañana.
4. Renuncia
El cuarto elemento de cada elección es la renuncia. Quizá te sorprenda, porque no estamos acostumbrados a enfocar la elección como la negación de algo, sino, por el contrario, como libertad de hacer algo. Pero ésta no es más que una cara de la moneda. La palabra decisión deriva del latín de-cidere, que quiere decir "separar cortando". Seleccionar una parte implica siempre dejar el resto.
¿Recuerdas cuando tu mamá te llevaba de niño a la heladería? Te preguntaba: « ¿Qué sabor quieres?», y tras unos momentos de angustiosa indecisión, probablemente mencionabas, al mismo tiempo, dos o tres: « ¡Chocolate,...y vainilla,...y fresa!». ¿Por qué te costaba tanto decidir? ¿Por qué en ciertos momentos las elecciones resultan tan difíciles? Porque al optar por el de chocolate, eliminabas el de pistache, el napolitano, el de coco, y las demás posibilidades que tanto prometían a tu paladar. Debido a nuestra capacidad limitada, cada elección supone una renuncia. Nos gustaría elegirlo todo... ¡todos los helados parecen tan sabrosos!
Del mismo modo, sólo tenemos una vida para vivirla y nuestras elecciones adquieren un peso especial debido a esa limitación. Tendremos que realizar nuestras elecciones con realismo y reflexión, considerando lo que implican. Si tuviésemos a disposición muchas vidas podríamos ensayar cualquier cosa. Al fin y al cabo tendríamos por delante nuevas posibilidades. Pero, como ya hemos dicho, sólo tenemos un cartucho en la vida, y más vale que lo aprovechemos bien a la primera.
5. El acto de elegir
Pero los cuatro elementos mencionados hasta ahora no son suficientes. Nos llevan solamente al borde de la decisión. El escenario está listo, cada cosa está en su lugar, pero falta un ingrediente indispensable: la elección en sí, el acto de elegir. Podría parecer evidente, pero aquí es donde está la esencia de la elección, cuando lo que podría ser se transforma en lo que es. Los otros cuatro componentes constituyen sólo las condiciones necesarias para que la elección sea posible.
Hay dos tipos de elección: elecciones intelectuales y elecciones vitales. No es lo mismo decidir una cosa que realizarla. Una cosa es el plan y otra es la ejecución, aunque ambas sean formas de elección. En otras palabras, la elección no es solamente un acto de la inteligencia, sino también un acto de la voluntad.
Basta ver a un niño de seis años en la piscina: decide que ha llegado el momento de tirarse del trampolín de tres metros, como hacen los chicos más grandes. Sube la escalerilla del trampolín tomando bocanadas de aire llenas de resolución; se acerca lentamente hasta la punta, echa un vistazo hacia abajo y le parece que el agua ¡está tan lejos...! que termina por bajar por la escalerilla con igual resolución. Otro ejemplo bien conocido es el de las dietas. Muchos se imponen un régimen estricto; calculan escrupulosamente el número de calorías de cada alimento y confeccionan un menú que compite en frugalidad con el de un asceta... pero sucumben miserablemente ante el primer ofrecimiento de chocolates envinados o de un trozo de pastel de queso con fresas. Nuestras decisiones manifiestan mejor su radicalidad en las situaciones difíciles.
En la actualidad se ha difundido el temor a elegir, la actitud del «no-comprometerse». Muchos carecen de la madurez básica necesaria para comprometerse en un proyecto, en un ideal, o con una persona, en especial cuando el compromiso es para toda la vida. ¿De dónde proviene esa actitud? De la visión del compromiso, es decir, del ejercicio de la libertad, como una limitación de la libertad personal: «En cuanto me comprometo, quedo obligado; elimino las demás posibilidades y me ato a las consecuencias de mi elección».
Cada elección es total, en el sentido de que el pasado es irrevocable: nunca podré volver atrás y repetir lo que hice o no hice. Con todo, encuentro mi felicidad y mi realización personal precisamente aquí: en ejercer responsablemente mi libertad, y no en llenar un gran depósito de libertad potencial que nunca usaré.
En cada elección, especialmente en las más fundamentales, se acepta siempre un cierto riesgo. ¿Cómo te sentirás dentro de cinco años? ¿Cómo sabes que esto y aquello no cambiará? ¿Cómo puedes estar seguro de haber encontrado tu vocación? Este riesgo no hace más que ennoblecer y embellecer una promesa, pues supone un compromiso maduro y personal, que no depende de las circunstancias actuales o futuras.
C. CLASES DE DECISIONES
Las decisiones se pueden clasificar teniendo en cuenta diferentes aspectos, algunos de estos son:
DECISIONES PROFUNDAS DECISIONES PERMANENTES



Según su transcendencia
Trascender significa ir más allá del momento
Se refiere al grado de implicación de una persona en su elección, pues, afectan más nuestras vidas y las de los demás
La elección de mudarme a otro estado del país me afectará mucho más, sin duda, que la de pedir unas enchiladas suizas en lugar de unos huevos rancheros en un restaurante.
Una elección cuyos efectos se pueden percibir por un tiempo prolongado es trascendente; otras, en cambio, son como estrellas fugaces, pues rápido se desvanecen. Tatuarse es una decisión más trascendente que maquillarse: el tatuaje quedará por muchos años; para eliminar el maquillaje bastará lavarse.

DECISIONES PROGRAMADAS DECISIONES NO PROGRAMADAS


Según la frecuencia
con la que se presentan Son aquellas que se toman frecuentemente, es decir son repetitivas y se convierte en una rutina tomarlas; ya se tiene un método bien establecido de solución y por lo tanto ya se conocen los pasos para abordar este tipo de problemas Son decisiones que se toman en problemas o situaciones que se presentan con poca frecuencia por ello necesitan un modelo especifico de solución, por ejemplo: “Lanzamiento de un nuevo producto al mercado”

DECISIONES SUBJETIVAS DECISIONES OBJETIVAS


Según la intervención de las emociones o del criterio individual

Esta clase abarca las decisiones privadas o en las cuales interviene de manera clave su forma de ver las cosas, problemas en los cuales usted evalúa sus puntos fuertes y débiles, sus oportunidades y amenazas, y toma la decisión siendo influenciado por sus emociones. Este tipo de decisiones son públicas, y es necesario aislar completamente las emociones, tienen un grado de responsabilidad más alto, es por eso que para tomarlas se debe hacer una análisis más racional de la situación

En cierto sentido, la decisión de la señora Jordan de regalar a su hijo Michael -el jugador estrella de los Bulls de Chicago- una pelota de baloncesto, en lugar de un charango o una subscripción al semanario sobre aves Bird Watchers´ Weekly, fue un momento histórico. El día en que Johann y María Beethoven decidieron inscribir a su hijo Ludwig en clases de piano, en lugar de enviarlo a aprender natación o estudiar arquitectura, fue un gran momento, tanto para Beethoven como para la música. A veces las consecuencias de nuestras decisiones emergen sólo con el tiempo.
D. SITUACIONES O CONTEXTOS PARA LA TOMA DE DECISIÓNES
Las situaciones, ambientes o contextos en los cuales se toman las decisiones, se pueden clasificar según el conocimiento y control que se tenga sobre las variables que intervienen o influencian el problema, ya que la decisión final o la solución que se tome va a estar condicionada por dichas variables.
AMBIENTE DE CERTIDUMBRE (CERTEZA) AMBIENTE DE RIESGO AMBIENTE DE INCERTIDUMBRE

Se tiene conocimiento total sobre el problema, las alternativas de solución que se planteen van a causar siempre resultados conocidos e invariables. Al tomar la decisión solo se debe pensar en la alternativa que genere mayor beneficio. La información con la que se cuenta para solucionar el problema es incompleta, es decir, se conoce el problema, se conocen las posibles soluciones, pero no se conoce con certeza los resultados que pueden arrojar. Se posee información deficiente para tomar la decisión, no se tienen ningún control sobre la situación, no se conoce como puede variar o la interacción de la variables del problema, se pueden plantear diferentes alternativas de solución pero no se le puede asignar probabilidad a los resultados que arrojen

E. PRINCIPIOS BASICOS PARA LA TOMA DECISIONES
Hemos hablado de las decisiones, de sus componentes y de las decisiones importantes que afrontamos en la vida. Pero aún resta el aspecto más práctico: ¿Cómo puedo tomar buenas decisiones? ¿Cómo puedo alcanzar el nivel de madurez en el que podré ser libre de verdad, capaz de comprometerme sin temor y de mantener mis compromisos con serenidad y alegría? Vamos a considerar cinco principios básicos que nos pueden ayudar como guía para tomar decisiones maduras y prudentes.
1. Saber qué es lo que se quiere. Si todavía no estás seguro de lo que quieres en la vida, si no has alcanzado aún la etapa en que puedes decir: «Éste es el verdadero significado de la vida», con dificultad podrás tomar otras decisiones. No podrás saber si una decisión concreta te lleva más cerca o más lejos de tu meta si no has establecido primero cuál es esa meta.
Hay muchos que se sumergen en mil actividades sin pensar en su significado. Corren el peligro de desperdiciar los mejores años de la vida apoyando sus esfuerzos en ilusiones, emociones e impresiones, en lugar de fundarlos en valores y objetivos duraderos. Vale la pena invertir el tiempo y las energías que sean necesarios en descubrir el significado de la vida. Es lo más importante que hemos de averiguar.

2. Fundamentar las decisiones en lo perdurable, y no en las impresiones o sentimientos del momento. Para acertar en las decisiones es necesario descubrir lo verdaderamente necesario y preguntarse: ¿Qué me gustaría haber hecho?» Se suele decir que las cosas se ven mejor en retrospectiva, una vez que ya ocurrieron. Cuando miramos hacia atrás, percibimos con mayor facilidad si hemos tomado una buena decisión o no. Podemos, entonces, aplicar el siguiente experimento: proyectarnos en el futuro hasta el final de nuestra vida.
Los bienes materiales, la fama, los logros personales y el poder sobre los demás se convertirán, sin duda, en poca cosa. Los gestos de bondad, de generosidad y de amor brillarán de improviso con un resplandor nuevo. Al final de nuestra breve estancia en la tierra, cuando nos encontremos ante el umbral de nuestro paso a la eternidad, ¿qué nos gustaría haber hecho? Nuestra mayor consolación será «haber vivido una vida bien vivida».
3. Reflexionar antes de elegir. La deliberación debe ser proporcional a la trascendencia de la decisión. Algunos se lanzan de forma impulsiva y toman compromisos que más tarde querrán rechazar. Otros se dejan llevar por sus sentimientos en lugar de razonar. Y hay también algunos indecisos a quienes les cuesta mucho tomar incluso una pequeña decisión. No temamos elegir, comprometernos con un ideal o con un modo de vivir. Nunca tendremos una certeza completa. Tenemos que aprender a ser prudentes en la decisión, pero enérgicos y diligentes en la ejecución.

Esta reflexión a menudo supone consultar a otros. Conviene, sobre todo, preguntar a personas prudentes, cuyas vidas sean testimonio de la solidez de sus propios principios y decisiones. Quien cuenta con un amigo que puede ayudarle a discernir el sendero justo en medio de la duda y de la indecisión posee un auténtico tesoro.
4. Renovar cada día las «decisiones clave». Nunca permitas que tus decisiones vitales se vuelvan una rutina ni las des por descontado. Estas decisiones tocan lo más profundo de tu alma y comprometen toda tu persona. A veces atropellamos con excesiva superficialidad nuestras convicciones más profundas; otras veces las dejamos oxidar por el «desuso». Deberíamos, en cambio, renovarlas cada día, ratificarlas con plena libertad, devolverles su primera lozanía, especialmente cuando la fidelidad a ellas nos exija mayores sacrificios.
Renueva tu ideal. Mantenlo siempre presente y no lo pierdas nunca de vista. Estas opciones son el verdadero cimiento de tu vida, las que dan sentido y significado a tu trabajo, a tus esfuerzos, a tus sudores y lágrimas.
«Renovar» no significa «cuestionar» los compromisos que has adquirido, o «replantear» tus decisiones una y otra vez. Renovar es hacer nueva una cosa, revitalizarla, darle frescura e ilusión. Renovar es lo contrario de caer en la rutina, ese cáncer del alma que reseca la vida, dejándola marchita y seca, como una flor sin perfume ni belleza. Renovar es la vitalidad del comenzar de nuevo.
5. Mantener la mirada fija en la meta. Quien compite en una carrera no se limita a correr mucho y rápido, o a mantener un paso constante para no agotarse; sino que se dirige hacia un destino muy preciso. Si corres mucho y rápido, pero en la dirección equivocada, o haciendo un rodeo por donde no debías, no sólo no ganarás, sino que ni siquiera lograrás mantenerte dentro de la competencia. Para tomar buenas decisiones, primero hay que saber a dónde se quiere ir y qué es lo que se está buscando.

Si no sabemos a dónde vamos, es seguro que no llegaremos a ninguna parte. Cuando uno sale de viaje con toda la familia, normalmente no llena el coche de equipaje, acomoda a sus hijos y a su esposa, y sale a toda velocidad por la carretera... sin haber antes decidido a dónde va y cómo piensa llegar. Es cierto que a veces salimos sólo a dar un paseo, sin ningún destino preciso en la cabeza. Pero todas las carreteras llevan a alguna parte. Eventualmente llegaremos a un lugar, y posiblemente no sea del tipo que nos gustaría visitar. Un modo más inteligente de actuar es fijar primero un destino y después salir a tomar el camino que lleve hasta ahí.
Saber a dónde voy es, ciertamente, resolver más de la mitad del problema. Sin embargo, esto no tiene ningún valor si no lo utilizo para llegar efectivamente a ese lugar. Saber cómo llegar implica utilizar los medios apropiados para conseguir el objetivo. Hay muchas autopistas muy placenteras en el mundo, pero sólo una determinada combinación me llevará a donde quiero ir.
De todas las decisiones que tomamos en la vida, las decisiones morales o éticas son las que tienen una mayor importancia. Ellas se rigen por nuestros valores más profundos y determinan el tipo de personas que seremos.
F. ORGANIZACIÓN DE TOMA DE DECISIONES:
Según los criterios y la forma como se toman las decisiones, éstas se pueden organizar en:
DECISIONES ESTRUCTURADAS
Son aquellas que cuentan con un proceso perfectamente definido para llevarse a cabo, es decir, que se realizan rutinariamente, no cambian; por ejemplo, la selección de personal en una empresa para un puesto determinado se da siempre de la misma manera.
DECISIONES NO ESTRUCTURADAS
No cuentan con un procedimiento predeter-minado, quien debe tomar una decisión se basa en criterios, valoración y puntos de vista sobre el problema que se presenta, así como en el entorno en el cual se sitúa la problemática a resolver: por ejemplo, las decisiones sobre las inversiones de una empresa cuando genera ganancias extras.
DECISIONES SEMIESTRUCTURADAS
Consisten en que parte del problema sea estructurado y algunos otros elementos no lo sean. Un ejemplo de lo anterior lo encontramos en los casos de ascensos de personal, ya que algunos factores están predeterminados y otros no.

G. PROCESO DE TOMA DE DECISIONES
Los pasos que se describen a continuación solo son un a pauta que se puede seguir en el proceso de toma de decisiones, en la mayoría de los casos cuando las decisiones que se deben tomar son complejas o no programadas, este esquema es de gran ayuda para obtener un optimo resultado, lo cual no quiere decir que garantice el éxito, pero al menos se tendrá la certeza de haber tomado la alternativa que al parecer era más adecuada y se van a tener bases sólidas para explicar el porque de los resultados obtenidos; podemos identificar principalmente las siguientes ETAPAS:
ETAPAS DESCRIPCION
1. Identificar y analizar el problema
Esta etapa consiste en comprender la condición del momento y visualizar la condición deseada, es decir encontrar el problema y reconocer que se debe tomar una decisión para llegar a la solución de este. El problema puede ser actual, porque existe una brecha entre la condición presente real y la deseado, o potencial, porque se estima que dicha brecha existirá en el futuro.
2. Identificar los criterios de decisión y ponderarlos
Consiste en identificar aquellos aspectos que son relevantes al momento de tomar la decisión, es decir aquellas pautas de las cuales depende la decisión que se tome.
La ponderación, es asignar un valor relativo a la importancia que tienen cada criterio en la decisión que se tome, ya que todos son importantes pero no de igual forma
3. Generar las alternativas de solución
Consiste en desarrollar distintas posibles soluciones al problema. Si bien no resulta posible en la mayoría de los casos conocer todos los posibles caminos que se pueden tomar para solucionar el problema, entre más alternativas se tengan va ser mucho más probable encontrar una que resulte satisfactoria.
En esta etapa es importante la creatividad para generar gran cantidad de alternativas, entre las técnicas encontramos la lluvia de ideas.
4. Evaluar las alternativas
Consiste en hacer un estudio detallado de cada una de las posibles soluciones que se generaron para el problema, es decir mirar sus ventajas y desventajas, de forma individual con respecto a los criterios de decisión, y una con respecto a la otra, asignándoles un valor ponderado.
En esta etapa del proceso es importante el análisis crítico como cualidad del tomador de decisiones.
5. Elección de la mejor alternativa
En este paso se escoge la alternativa que según la evaluación va a obtener mejores resultados para el problema. Los siguientes términos pueden ayudar a tomar la decisión según el resultado que se busque:
 Maximizar: Tomar la mejor decisión posible.
 Satisfacer: Elegir la primera opción que sea mínimamente aceptable satisfaciendo de esta forma una meta u objetivo buscado.
 Optimizar: La que genere el mejor equilibrio posible entre distintas metas.
6. Implementación de la decisión
Poner en marcha la decisión tomada para así poder evaluar si la decisión fue o no acertada. La implementación probablemente derive en la toma de nuevas decisiones, de menor importancia.
7. Evaluación de los resultados
Después de poner en marcha la decisión es necesario evaluar si se solucionó o no el problema, es decir si la decisión está teniendo el resultado esperado o no.
Si el resultado no es el que se esperaba se debe mirar si es por que debe darse un poco más de tiempo para obtener los resultados o si definitivamente la decisión no fue la acertada, en este caso se debe iniciar el proceso de nuevo para hallar una nueva decisión

Se debe tener conciencia de que estos procesos o etapas de decisión están en continuo cambio, es decir, las decisiones que se tomen continuamente van a tener que ser modificadas, por la evolución que tenga el sistema o por la aparición de nuevas variables que lo afecten.



H. LA INFORMACIÓN COMO MATERIA PRIMA
El proceso de toma de decisiones utiliza como materia prima la información. Esta es fundamental, ya que sin ella no resultaría posible evaluar las alternativas existentes o desarrollar alternativas nuevas.

I. DECISIONES IMPORTANTES QUE SE AFRONTAN EN LA VIDA
Vale la pena detenernos a considerar un momento las cuatro decisiones más importantes que la gente suele afrontar en su vida.
DECISIONES PARA AFRONTAR EN LA VIDA DESCRIPCION
• Elegir una vocación Una vocación (del latín vocare, llamar) es una llamada, un sendero particular de servicio a Dios y a nuestro prójimo. Los cristianos distinguen, tradicionalmente, tres tipos de vocación: 1) matrimonio, 2) celibato, 3) vida consagrada (dedicada exclusivamente a Dios), que incluye el sacerdocio, la vida religiosa y la consagración seglar.
Desafortunadamente, el término vocación ha sufrido muchas distorsiones en los últimos treinta años, y en la actualidad muchos jóvenes no piensan ni siquiera en preguntarse qué les pide Dios en sus vidas. No es difícil perder de vista la verdad más elemental de nuestra vida: de dónde vengo, a dónde voy y cómo puedo llegar ahí.
• Elegir cónyuge
La mayor parte de las personas, al llegar a la madurez juvenil, afrontan la delicada elección de su pareja. No debe subestimarse la profundidad, la hermosura y la importancia de este paso en la vida, especialmente en una era en la que esta institución humana fundamental sufre violencia y distorsión.
Se trata de encontrar un compañero para toda la vida, alguien con quien compartir las alegrías y tristezas, un amigo del todo especial. Los esposos se embarcan en una de las aventuras más grandes que ofrece la vida: formar una familia, célula de la sociedad.
El elemento más importante de compatibilidad entre un hombre y una mujer no está en que les guste jugar juntos a los naipes, o en que tengan alguna otra afición o pasatiempo en común; ni siquiera en el mutuo atractivo, el ingrediente primordial debe ser el coincidir en su visión de la vida, de la fe, de los ideales y objetivos para su futuro hogar.
• La elección de una carrera. Esta es la de menor trascendencia varía de individuo a individuo. Para algunos la carrera no es más que la forma más conveniente de poner pan sobre la mesa cada día y de mantener lleno el tanque de la gasolina. Un número cada vez mayor de personas cambia de profesión varias veces durante su vida, según las oportunidades que se vayan presentando.
Para otros, en especial para aquellos que han pasado años estudiando y preparándose, la decisión adquiere mayor significado. Un doctor, por ejemplo, invierte muchos años en prepararse. El motivo de dicha elección depende, a menudo, del deseo de realizar algo en la vida y contribuir de ese modo al bien de la sociedad.
• La elección de vivir como cristianos
La cuarta elección vital que deben afrontar los creyentes es la decisión de ser o no ser cristianos. Hay que advertir que no se trata simplemente de llevar el título de «cristianos», como quien tiene un certificado colgado en la pared; ni siquiera de llevar el sello del bautismo en el alma (que es la puerta de entrada para formar parte de la Iglesia y el punto de partida de la vida cristiana): una carrera olímpica es mucho más que el disparo de salida. Se requiere un proceso, un ponerse en camino.
Decidirte a ser cristiano significa optar por seguir a Jesucristo, aceptar la salvación que Él te ofrece y comprometerte a vivir según sus enseñanzas
Cristo nos advierte que en el día del juicio final se trazará una clara línea para separar dos grupos de hombres: los que vivieron para los demás y los que vivieron para sí mismos
El cristianismo toca el corazón de nuestra vida y repercute en todas nuestras decisiones.
• La opción fundamental de vida
Todas las demás decisiones las tomamos en referencia a esta opción Se utiliza intencionalmente la palabra opción, en lugar de elección, porque su significado es más amplio y profundo que el de una elección ya que abarca toda nuestra existencia.
Nuestras elecciones configuran y desvelan nuestra identidad. Cada elección nos hace y, al mismo tiempo, muestra el tipo de personas que de verdad somos, manifiesta nuestra opción fundamental. Si optas por decir una mentira habrás optado no sólo por ese acto aislado, sino que también habrás optado por ser un mentiroso. Nuestras acciones manifiestan lo que somos. Nuestro estilo de vida -la suma total de nuestras acciones- es la expresión exterior más clara de nuestra opción fundamental de vida.

V. ACTIVIDAD INDIVIDUAL:

Realiza las siguientes actividades:
1. Descubre ¿Cuál ha sido tu sentimiento predominante sobre la historia de la actividad de reflexión?
2. ¡Cómo ves la decisión que tomo Jenny? ¿Qué decisión hubieras asumido tú?
3. Colócate en el papal de sus padres ¿Crees que es el más adecuado? ¿Por qué?
4. ¿A qué conclusión puedes llegar a partir de la lectura de la actividad de reflexión?
5. ¿De qué maneras crees tú podrías cultivar la toma de buenas decisiones?
6. Describa cada uno de los principios básicos para la toma de decisiones..

VI. ACTIVIDAD EN TRINAS (GRUPOS DE TRES)

Después de haber leído las Ideas Básicas resuelvan en sus cuadernos el siguiente cuestionario:
a. Elaboren un graffiti con el concepto de toma de decisiones.
b.Realiza un crucigrama con las siguientes preguntas, en estas encontraras los componentes, las clases de las decisiones y situaciones para la toma de decisiones.

CRUCIGRAMA

HORIZONTALES

1. Capacidad de tomar una decisión después de haber reflexionado sobre distintas posibilidades
2. Para que se de una elección debe existir varias alternativas.
3. No es lo mismo decidir una cosa ( elecciones intelectuales) que realizarla (elecciones vitales)
y siempre se acepta cierto riesgo.
4. Grado de implicación de una persona en su elección, afecta nuestras vidas y la de los demás
5. Decisiones privadas donde interviene la manera de ver las cosas y las emociones.
6. Se tiene conocimiento total sobre el problema, las alternativas de solución y los resultados

VERTICALES

1. Son decisiones públicas y es necesario aislar completamente las emociones, se debe hacer
un análisis racional de la situación.
2. Elección cuyos efectos se pueden percibir por un tiempo prolongado.
3. Aspecto intelectual de una elección, es la ponderación de las posibilidades según aspectos
positivos y negativos.
4. Se cuenta con información incompleta para solucionar el problema
5. Se toman frecuentemente, son repetitivas y se convierten en una rutina tomarlas, tienen un
método bien establecido de solución.
6 Seleccionar una parte implica siempre dejar el resto.
c. Construyan una frase con cada una de las decisiones que más afronta la gente.
d. Realicen un cuadro con las etapas del proceso de toma de decisiones.


VII. ACTIVIDAD DE PROFUNDIZACION



Jerry era el tipo de persona que siempre estaba de buen humor y siempre tenia algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba cómo le iba, él respondía: “Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo.
La gente lo seguía por su actitud. Era un motivador natural: Si alguien tenía un mal día, Jerry estaba hay para decirle cómo ver el lado positivo de la situación.

Ver este estilo realmente me causó curiosidad, así que un día le pregunté a Jerry: ”No lo entiendo...no es posible ser una persona positiva todo el tiempo…cómo lo haces…”

Jeery respondió: “Cada mañana me despierto y me digo a mi mismo: Jerry tienes dos opciones hoy: Puedes escoger estar de buen humor o puedes escoger estar de mal humor. Escojo lo primero. Cada vez que sucede algo, puedo escoger entre ser una victima o aprender de ello. Escojo aprender de ello. Cada vez que alguien se queja, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado positivo de la vida. Escojo el lado positivo de la vida”.

“Si… claro… pero no es al fácil”, protesté.

“Si lo es –dijo Jerry – Todo en la vida es acerca de las elecciones. Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección. Tú eliges como reaccionas a cada situación. Tú eliges como la gente afecta tu estado de ánimo. Tú eliges estar de buen humor o de mal humor. En resumen: TU ELIGES COMO VIVIR LA VIDA”.

Después de un tiempo perdí contacto con Jerry, pero con frecuencia pensaba en él cuando tenía que hacer una elección en la vida. Varios años más tarde, me entere que Jerry dejo la puerta abierta de su negocio y una mañana fue asaltado por 3 ladrones armados, fue herido y llevado de emergencia a una clínica. Después de 18 horas de cirugía y semanas de terapia intensiva, Jerry fue dado de alta aún con fragmentos de bala en su cuerpo.

Me encontré con Jerry seis meses después del accidente y cuando le pregunte cómo estaba, me respondió: “Si pudiera estar mejor, tendría otro gemelo”.

Le pregunté qué pasó por su mente en el momento del asalto. Contestó: “Lo primero que vino a mi mente fue que debí haber cerrado la puerta. Cuando estaba tirado en el piso recordé que tenía dos opciones: Podía elegir vivir o podía elegir morir. Elegí vivir”.

Jerry continuó: “Los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que iba a estar bien. Pero cuando me llevaron al quirófano y vi las expresiones en sus caras, realmente me asusté… podía leer en sus ojos: Es hombre muerto. Supe entonces que debía TOMAR ACCIÓN…”.

“Bueno… uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo y respirando profundo respondí: ¡Si a las balas! Mientras reían les dije: “Estoy escogiendo vivir… opérenme como si estuviera vivo, no muerto”.

Jerry vivió por la maestría de los médicos, pero sobre todo por su asombrosa actitud. Aprendí que cada día tenemos la elección de vivir plenamente. La actitud al final lo es todo.

Dios nos dio la libertad de elegir. Elige la mejor parte. El siempre estará contigo.


MORALEJA:
No siempre tenemos la oportunidad de hacer lo que más nos entusiasma, pero siempre tenemos la posibilidad de poner entusiasmo en lo que hacemos. Es más difícil, pero no imposible, ya que toda tarea resulta enriquecedora para quien se entusiasma por hacerla de la mejor manera

VIII. EVALUACIÓN:

Para la evaluación de esta guía de trabajo, se tendrán en cuenta los siguientes aspectos:
• Observación directa del interés, laboriosidad, participación y aprovechamiento del tiempo durante el proceso de realización de la guía.
• Motivación y disposición demostrada por el estudiante en los trabajos individuales, grupales y de profundización.
• Participaciones sólidas y efectivas en el desarrollo de la clase.
• Socialización de las actividades para comprobar la conceptualización.
• Presentación adecuada y organizada de las actividades en el cuaderno.